Los niños y los jóvenes pueden presentar igual que los adultos problemas emocionales y conductuales pero en esencia consideramos que la mayor parte de su comportamiento, es en gran parte aprendido debido a las experiencias a las que se van exponiendo.
Cuando sufren algún tipo de problema nunca sufren solos, la familia es el entorno donde se reciben y se manejan los problemas del menor, por lo que es de vital importancia trabajar para favorecer el bienestar de los jóvenes siempre en colaboración con los familiares más cercanos y en la medida de lo posible con el resto de sus entornos como el colegio.
Fundamentalmente tratamos de ayudar a que el menor se integre en su vida de la forma más óptima posible, favoreciendo sus cualidades basándonos siempre en sus potencialidades y ayudándole con las dificultades que presente.
El tratamiento consta normalmente de las siguientes fases: evaluación del menor y sus responsables, valoración del problema en los entornos relevantes, explicación de hipótesis, terapia y seguimiento.
Algunos de los problemas en los que podemos trabajar son: